Triple casualidad para el recuerdo
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Tras el verano, la Macarena, la Esperanza de Triana y el Gran Poder abandonaron sus camarines
En efecto, es casualidad pero la Semana Santa está llena de ellas y esta no deja de ser otra más. El curioso, el estadista, el fotógrafo intrépido o el coleccionista de imágenes inéditas en la retina ha tenido en el final del verano y en el principio del otoño tres instantáneas para guardar y recordar siempre.
Es curioso como en los tres templos donde se alojan las tres grandes devociones penitenciales de la ciudad se han dado imágenes para el recuerdo, sin dudas, fruto de la casualidad.
En el mes de septiembre, la Macarena abandonaba su camarín para subirse al paso de cara a su traslado al Estadio Olímpico con motivo de la Beatificación de Madre María de la Purísima. Este hecho, provocó que el Señor de la Sentencia presidiera el altar mayor, en el camarín de la Esperanza, mostrándose una imagen única.
Por otra parte, este mes de los difuntos ha traído otras dos instantáneas muy parecidas.
La Esperanza de Triana dejaba su camarín con motivo de la ejecución de unas mejoras técnicas en el elevador que la lleva hasta el bunker donde duerme cada noche.
Por su parte, esta misma semana, otras mejoras técnicas – en este caso la colocación de una mampara de seguridad más alta para proteger al Gran Poder – ofrecía la curiosa imagen del Señor, en unas andas, delante de su altar.
Es una mera coincidencia. Macarena, Esperanza de Triana y Gran Poder: las tres grandes devociones que abandonaron su altar.
Es curioso como en los tres templos donde se alojan las tres grandes devociones penitenciales de la ciudad se han dado imágenes para el recuerdo, sin dudas, fruto de la casualidad.
En el mes de septiembre, la Macarena abandonaba su camarín para subirse al paso de cara a su traslado al Estadio Olímpico con motivo de la Beatificación de Madre María de la Purísima. Este hecho, provocó que el Señor de la Sentencia presidiera el altar mayor, en el camarín de la Esperanza, mostrándose una imagen única.
Por otra parte, este mes de los difuntos ha traído otras dos instantáneas muy parecidas.
La Esperanza de Triana dejaba su camarín con motivo de la ejecución de unas mejoras técnicas en el elevador que la lleva hasta el bunker donde duerme cada noche.
Por su parte, esta misma semana, otras mejoras técnicas – en este caso la colocación de una mampara de seguridad más alta para proteger al Gran Poder – ofrecía la curiosa imagen del Señor, en unas andas, delante de su altar.
Es una mera coincidencia. Macarena, Esperanza de Triana y Gran Poder: las tres grandes devociones que abandonaron su altar.
