Cuando hoy los fieles acudan a la basílica, podrán contemplar al Señor del Gran Poder en su camarín pero con la nueva mampara de seguridad con la que la hermandad protege desde ahora a la talla que gubiase Juan de Mesa. Han pasado seis meses desde la brutal agresión por parte de Luis Carbajo, un funcionario de prisiones de 37 años que se encaramó al camarín e intentó derribar la imagen. No pudo conseguirlo pero sí le arrancó de cuajo el brazo derecho.
Tras la restauración por parte de Luis Álvarez Duarte, la hermandad optó por suspender la visita diaria de los fieles a la parte trasera del camarín, donde se puede besar el talón del Señor. Esta quedó solo los viernes, estando además la zona vigilada por un guardia de seguridad.
En el día de ayer se procedió a la colocación de la nueva mampara de seguridad, con cristales blindados de doble grosor y que absorben además la luz para que no se produzcan reflejos.
Tres piezas blindadas
La mampara está conformada por tres piezas: la central, algo más pequeña en cuanto a altura, parte desde el mismo pedestal y contiene el hueco para que pueda besarse el talón. Las dos laterales arrancan desde el suelo y, como la central, llegan hasta la altura de los hombros del Señor. Se han suprimido, asimismo, las dos barandillas que había en esa zona y en las que se apoyó el agresor para subir hasta el pedestal. Los trabajos —siempre bajo la atenta mirada de Miguel, el capiller—, que ha llevado a cabo la empresa «Cristalería Guzmán—se prolongaron desde el mediodía hasta poco antes del cierre de la basílica, y hoy los fieles que acudan ya verán al Señor con la nueva mampara.
Enrique Esquivias, hermano mayor de la corporación de Madrugada, explicó a ABC de Sevilla que ahora se tendrá que estudiar la nueva iluminación de este espacio habida cuenta de los cristales blindados que «arropan» al Señor de Sevilla. La intención de la junta de gobierno es la de suprimir el vigilante jurado, ya que con la mampara y las cámaras de vigilancia dispuestas por toda la basílica, el Señor queda protegido.
La mampara ha sido sufragada por la Fundación Juan Moya y tiene un coste de unos 5.000 euros.
En el día de ayer la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder estuvo situada en el altar mayor del templo, en un paso pequeño, por lo que fueron muchas las personas que se extrañaron de verlo así.
En general, los fieles consideran que es una buena idea la colocación de esta mampara. María Rubio, que ayer acudió como cada día a rezar al Señor, precisaba que «dadas las circunstancias actuales y que se están produciendo, creo que lo mejor es que el Señor esté protegido por una mampara». No considera que los cristales blindados vayan a provocar cierto alejamiento de la talla. «Quizás sí para aquellas personas que sólo vean una imagen, pero no para los fieles, devotos y hermanos».
De parecida opinión es Bienvenida. «Se tiene miedo a muchas cosas ahora mismo y lo que sucedió con el Señor ha servido para que se recapacite. Espero que esta protección aleje a aquellos que sólo quieren hacer daño, como hemos podido comprobar meses atrás».
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